Rousseau has always had an uncertain relationship with the theory of constituent power. On the one hand, his distrust of political representation and support for popular sovereignty seem consistent with the idea of the people as a legally unlimited constitution-maker. On the other hand, if, from those views about representation and sovereignty, it follows that Rousseau is a proponent of direct democracy, then there seems to be no place in his thought for a theory that presupposes, above all, a separation (...) between those who exercise a delegated authority and those who possess an original constitution-making power. In a legal order in which all laws must be directly made by the people, such a separation is absent: the constituent and the legislative body are one and the same. It is therefore not surprising that Rousseau’s name is largely absent from contemporary literature on constituent power. In this article, however, I will show that once Rousseau’s particular conception of law, as well as his distinction between sovereignty and government, are properly understood, one finds in his work not only the first major formulation of the theory of constituent power, but also a careful exploration of its implications for actual constitutional practice. (shrink)

El conjunto de ensayos que el lector tiene entre sus manos expresa un cuerpo sistemático de ideas provocadoras sobre la tensión entre el constitucionalismo y la democracia. Su autor, el profesor Joel Colón-Ríos, boricua, formado en las dos facultades de derecho canadienses de mayor renombre, e investigador de una de las mejores universidades de Oceanía, las ha fraguado a lo largo de más de un lustro y debatido con gran éxito ante la elite intelectual de Norteamérica. La propuesta central del (...) libro es una original reivindicación de la democracia frente al constitucionalismo. Su institucionalización consiste en un constitucionalismo débil. La piedra angular de este modelo es una constitución inacabada, permanentemente abierta al cambio, que permite y promueve la participación y la deliberación popular continua, en particular, mediante el potencial ejercicio del poder constituyente en cualquier momento. De esta manera, el pueblo tiene la posibilidad de hablar por sí mismo cuando lo juzgue pertinente. Puede cuestionar y reformular los principios básicos de la organización social. No está supeditado a las decisiones adoptadas por los ancestros que expidieron la Constitución, ni por sus representantes que, en el Congreso, ostentan el poder de reformarla. Precio: 49.000 pesos. (shrink)